Epidemiología y salud pública

El sector salud a nivel mundial ha ido aumentando el interés en las enfermedades mentales; sin embargo, la atención está muy limitada. La Organización Mundial de Salud (OMS) afirmó que la cuarta parte de la población mundial sufre trastornos mentales en algún momento de su vida y muchos de ellos (con trastornos mentales, neurológicos o con problemas de adicción) son estigmatizados, desatendidos y sufren de abusos. Lo alarmante es que son insuficientes los recursos disponibles, ya sea porque están distribuidos de forma no equitativa o se usan de modo ineficiente; en la mayoría de los países se utiliza menos del 2% de los fondos disponibles para la salud para atender los problemas de salud mental. Es por ello que la misma Organización ha desarrollado una Guía de intervención con un Programa de Acción Mundial en Salud Mental para favorecer la mejora de los servicios asistenciales al respecto en países en vías de desarrollo.

También existe la Federación Mundial de Salud Mental, la cual es una organización internacional fundada en 1948 para promover la prevención de los trastornos mentales y emocionales, el tratamiento y cuidado de las personas con estos problemas, además de la promoción de la salud mental,; como tal, difunde información de todos los padecimientos mentales y su tratamiento.

En cuanto a la situación en México, alrededor de 15 millones de personas padecen algún tipo de trastorno mental. Para conocer la situación en el país se realiza la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica, un ejercicio de hogares llevado a cabo en población urbana entre 18 y 65 años, cuyos resultados obtenidos arrojan evidencias acerca de la situación en la población total, por regiones del país y por grupos sociales. Esta encuesta tiene cuatro metas importantes:

Estimar la prevalencia de los desordenes mentales incluyendo las
adicciones y la discapacidad con la que se asocian.
Estudiar la historia natural de los padecimientos mentales.
Conocer el índice de uso de servicios y las barreras para la atención.
Desarrollar y probar hipótesis acerca de los factores antecedentes y el curso de los trastornos.

Algunos de los resultados de la última encuesta son:

El 28.6% de la población ha presentado a lo largo de su vida alguno de los 23 trastornos de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) y que solamente uno de cada diez pacientes recibe atención especializada.
Los trastornos depresivos y la ansiedad son los más frecuentes en la consulta. El 1.6% de la población adulta ha intentado suicidarse y la tasa de suicidio se ha incrementado el 125% en los últimos 20 años. En cuanto a la población infantil se calcula que el 7% de la población entre tres y 12 años de edad se encuentra afectada.
En las escuelas de educación especial de la Secretaria de Educación Pública (SEP), alrededor de 140 niños son atendidos por algún problema de aprendizaje y que uno de cada cuatro recibe atención profesional. Además de que las personas se pueden tardar entre ocho y 15 años para buscar atención, existe la tendencia a la automedicación.

Otro aspecto que agrava la atención de problemas mentales es que la mayoría de las pólizas de seguros privados excluyen las enfermedades mentales, además de que muchos estados del país no poseen la infraestructura pública suficiente para atender los problemas de la salud mental por lo que muchas familias se atienden en casa, recurriendo a medicinas alternas, recursos “milagrosos” o lo dejan en el abandono.

Tanto en México como en el resto del mundo los trastornos mentales ocupan el quinto lugar de todas las enfermedades y en cuanto a las enfermedades que provocan incapacidad, cuatro de las diez principales son trastornos mentales: esquizofrenia, depresión, obsesión-compulsión y alcoholismo.

Estos datos demuestran la situación crítica y que a pesar de los avances, las deficiencias e insuficiencias nos rebasan, por lo que sobresale la importancia de ser un verdadero promotor de la salud mental y de poder encontrar maneras para ampliar la atención a estos padecimientos.